Un simple regacho
El rio que hasta la mar se va, no vuelve,
pero nunca él lo hace por desprecio
que es la ambición del mar que en aura envuelve
y en su magma de lágrimas disuelve
para ejemplo dar al pedante y necio.
Que el mar, la mar, de muy ambiciosa peca
siempre engullendo, siempre insatisfecha,
ansiosa de pensar que ella reseca
pudiera fenecer mientras defeca,
quedar patidifusa algo maltrecha.
Mas sin ríos el mar no sería nada
por lo que debiera ser agradecida
a la lluvia a la nieve, incluso helada,
y a la escarcha que nace en la alborada
y olvidarse de ser tan presumida.
Yo voy por donde voy, sin saber donde,
nunca supe, tampoco lo sé hoy
¿a dónde voy? quisiera ver adonde
alguien soy que aparece y luego esconde,
que un simple regacho medio seco soy.
©donaciano bueno.
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