Tahúr del viento

Ensimismado, ayer salió de casa
¿seguro que fue ayer?
Quizás…la vida pasa. Vea usted…
busco…Ya sé…su gato se ha perdido.
Que no, que no, que ha sido…
¡decídase, pardiez!
Que en verdad es a dios al que yo busco
¿a dios, ha dicho a dios? ya ¡qué chusco!
Pues va listo ¿Vosotros le habeis visto?
¿Sabeis por donde él anda,
espetó, mientras algunos se miraban,
otros se sonreían,
y muchos, sorprendidos se callaban?
Y así día tras día
buscaba y más buscaba
sin una foto que le identificara.
Profundice en su interior, le requerían.
Mas por más que buscaba no lo hallaba
por lo que concluyó que eso era un chiste,
que el dios tal que él buscaba no existía.
Y no crean que por eso estaba triste
pues que en este deambular,
de uno a otro lugar,
buscando a dios o a Cristo,
vió algo que el dia anterior no había visto.
¡Sabia la naturaleza,
allí estaba dios tras de la maleza!
No busquéis ya en las viejas catedrales
tampoco en las iglesias los altares.
Recuerda que él anida
en árboles frutales,
en limpios manantiales,
en el rostro de un niño cuando reza,
en la cara arrugada de una vieja,
en el fértil versar de los poetas,
el agua, las nubes y las estrellas
y en las cosas más bellas
¿y en sus nietas? Por supuesto en sus nietas
¿Y en la tierra? mas allá de la tierra.
¿Y en la suerte? mas allá de la suerte
¿Y en las guerras? y también en las guerras
¿Y en la muerte? mas allá de la muerte
y en fin, allí donde la mar se cierra.
Con ardor te buscó, no le reproches,
en valles y montañas y en los prados
en sus sueños, sus días y sus noches,
y en los tristes semblantes de parados.
Tanto ir y venir, fue tanto su sufrir,
y tanto su atrevimiento
que hoy ya puede escribir
¡gracias a dios y a ti, tahúr del viento.