Ardió París

poema de donbuendon

Al alba fue. ¡Ardió Paris!
Una gran pira le sorprendió a esa ciudad bella,
dormida. De rencor se inundó, de sangre gris,
de abatidas pavesas a su alma haciendo mella.
Hasta el sol y la luna tejieron un tapiz
para ocultar la estrella.

¡Resoplen las trompetas!
A los que convencidos están, de Alá creyentes,
no permitan que nadie les troque en marionetas
guiadas por los hilos de profetas indecentes
que, sibilinos, os utilizan con sus tretas
para abducir las mentes.

¡Oh, ciudad de la luz!
Hoy, lloran afligidas tus luces apagadas
pues gentes que se dicen contrarios a la cruz
en un mar de lágrimas os tienen anegadas
de dolor. Y a vuestros hijos penando en ataud
sus almas apenadas.

Gentes de mente obtusa,
de alma débil a los que les han comido el coco,
que propietarios codician ser de las esclusas
que en el mundo son desde el rio Nilo al Orinoco.
Todas, falsas justificaciones, son excusas,
razonamientos locos.

¡Ya el cielo está atronando!
Morir por Alá, ¡que atrocidad! como si diós
alguna vez dijera que hay que morir matando
ahorcando vais y a vuestro dios diciendo adiós
al mismo ritmo que al ser humano exterminando
como en un contradiós.

Quien en su sano juicio
de un ser superior que predicando va el amor
puede interpretar que nos reclame el sacrificio
de nuestros hermanos y que lo hagan sin temor.
por hablar o escribir o desarrollar su oficio
y aun más si era de humor.

Solo son sujetos de enajenacion mental
a los que la doctrina ha llevado hasta el abismo
pues suelen considerar que están en su cabal,
que sea algún dios quien se lo ordene, da lo mismo,
que la víctima inocente sea, les da igual
¡maldito fanatismo!

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Tangarana

Amen!

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