El Jardín Prohibido

En el aula, cual sombra de la noche,
tu cabello, cual seda, se desliza,
y tu piel, cual bronce, me hechiza,
cual misterio que el alma reprocha.

Tus ojos, dos luceros en la sombra,
reflejan un saber que me fascina,
y tu voz, cual suave cantarina,
me transporta a un edén que me asombra.

Tu sonrisa, cual rayo de luna,
ilumina el aula con su fulgor,
y tu gracia, cual danza de primor,
me cautiva con su dulce fortuna.

En mis versos, te plasmo cual musa,
cual ninfa de la noche estrellada,
y en mi alma, tu imagen grabada,
cual poema que el tiempo no rehúsa.

Mas, ¡ay!, que el destino es cruel y sombrío,
y el amor, cual fuego, me consume,
pues hay barreras, y mi nombre,
en tus labios, jamás será mío.

Te veo aprender, crecer, volar,
y mi corazón, en silencio, llora,
pues sé que mi amor, cual vana aurora,
jamás podrá tu alma alcanzar.

En mis sueños, te veo cual doncella,
y en mis brazos, te siento mía,
mas al despertar, la cruel agonía,
me recuerda que eres mi estrella,

inalcanzable, lejana, divina,
y yo, un simple mortal, que te ama,
en secreto, con pasión que inflama,
mi alma, cual llama que fulmina.

Que este verso, cual ofrenda sincera,
te inspire a seguir tu camino,
y que tu luz, cual eterno destino,
brille siempre en la noche hechicera.

Comentarios & Opiniones

Karencita García

Tu sonrisa, cual rayo de luna,
ilumina el aula con su fulgor,
y tu gracia, cual danza de primor,
me cautiva con su dulce fortuna.
Talento puro ,me gustó mucho su obra.

Critica: