Historia de un Trovador II

poema de NUZ

Triste en la plaza
veíasele al trovador,
que no escribía mas que trovas
infectadas de dolor.

Sólo los tristes de aquel pueblo
le acompañaban en dolor;
las alegres trovas, historia fueron
por una gran desilusión…

En su mundo melancólico
muchas ideas engendró,
que dieron a su alma
calma, fuerza y vigor.

Pensó: “Llegaré al cielo mismo
a buscar mi Ángel bello;
cruzaré el azul extenso,
surcaré el firmamento…”

Dejó la trova a un lado,
se volvió un inventor…
Creó una máquina voladora
a pedales, no a vapor.

Pedaleó y pedaleó
por el campo con esfuerzo,
y la máquina del suelo
nunca, nunca se elevó…

Una enorme resortera
otro día inventó;
apuntaba hacia las nubes,
el azul y más allá.

Haló el gran elástico,
a un árbol lo ató,
cortó luego la soga
y las dos piernas se rompió.

Recuperado ya de eso,
inventó un gran arpón
que al lanzarlo a la luna
en mil pedazos explotó…

La gente de aquel pueblo
preocupábase por el trovador:
¡Te matarás amigo nuestro!
Por tus ideas sin razón…

Inventó e inventó
artefactos de a miles;
cada uno sin resultado
a su extraña condición.

Llegó luego a su mente
que la única solución,
sería invitar a la muerte
a cortarle con su hoz.

Rogábale a los Santos
que un suceso ocurriera,
donde el espíritu marchara
de su cuerpo mortal.

Pensó en el suicidio,
mas al hacerlo sería
como entregar su alma al malo
rompiendo el 5to mandato.

Se inscribió en el ejército
para morir en la batalla,
sin embargo fue el héroe
que la guerra acabó.

Probó tantas locuras
en busca de la muerte,
pero ésta en su lista
aún no lo tenía.

Volvió a ponerse triste
el amigo trovador,
que no llegó al cielo
y tampoco expiró.

Lloraba en la plaza
desconsolado el artista,
con la trova en la mano
que entregar no consiguió.

Lo miró Dios de su trono
y compadecido permitió,
que con cada lágrima derramada
pudiera hacer un escalón.

Y la escalera fue creciendo,
al cristal se asemejaba;
pudo ver en la distancia
a un coro Angelical.

Llegando ya arriba
sólo una lágrima faltó,
para culminar la escalera
que tanto, tanto añoró.

Sin fijarse en el detalle,
mirando al Ángel que sonrió
cuando vio que asomaba
aquel amante trovador…

Dio el paso en el aire,
se desplomó desde lo alto,
cruzó el azul de sus ideas
y en la tierra falleció.

Miró aquel pueblo al trovador
con la vista fija al cielo,
una sonrisa en los labios
y la trova, que nunca entregó.

Comentarios & Opiniones

NUZ

Lo que he leído de usted hasta el momento me ha parecido fantástico, no hay duda que dentro de usted mora una poetisa con enormes fuerzas para embellecer al mundo con su versar... Por favor le ruego que no deje de escribir. Ánimo!! Adelante!! :)

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