Cuervo

...y vi un cuervo volar hacia mi,
con la estela de lo lúgubre en el batir de sus alas,
ojos rojos como fuego en el cielo
y un alma pura como la misma muerte.

Y vi un cuervo posarse en lo alto de un árbol
donde sólo la luna llegaba
y vi en en su pico mortal el alma qué de mi
la noche había arrancado.

No trataré de subir por ella -en vano susurro-
mientras el silencio se hace cómplice del dios nocturno,
¡no se mueve!,
implacable grifo que posa en el abnocto,
con mi alma como joya para su relicario.

Si tu sombra contemplo aun cuando tomes vuelo,
te seguiré hasta lo mas alto,
¡Así sellaré mi pacto!
pues tu te llevas mi alma
y yo me llevare tus alas.