La promesa.

Quiero compartirte estas nuevas estrofas,
Me permito escribir desde el lugar donde están sembradas mis raíces.
Desde esta noche silenciosa donde las gotas se deslizan por mi ventana,
¿Sientes mi frio, o sientes mi pena?
¿Qué sabre yo acerca de tu felicidad o tú de la mía?
Mientras reflexiono entre libros, buscando aquietar mis latidos.
Estará todo bien o esta noche será nuestra una vez más la nostalgia.
Qué pues diré, que no te hayan contado si tú y yo nos hemos desconocido durante todos estos años.
Solo me restan caricias tímidas que se deslizan tras el toque suave que tienen tus dedos.
Déjame otro suspiro, dame otro recuerdo feliz, mientras dejo caer otro beso sobre tu rostro.
Que tiene de malo mi soledad, si mi ausencia no es más que una excusa eterna para que tú me recuerdes.
Esta no es una noche para la felicidad.
La felicidad tan transitoria, hoy como otros días se anuncia a sí misma.
Pero quién sabe, a todos nos llega lo bueno y aunque breve, te prometo es inevitable.