Felicidad.

Fui feliz y no tuve nada
Fui feliz y lo tuve todo.

Feliz cuando en mi inocencia me supe  capaz de ignorar la escacez de mi infancia.

Cerre los ojos contemplando la abundancia que tiene nuestro universo infinito.

Soy un alma vieja que aprendió a desasherse de las cargas que le impusieron.

No hay muros ni lamentos, ni expectativa capaz de convencerme de que felicidad es poseer y poseer.

Comprendí que soltar es desprenderse.
Desprenderse es desnudarse a tal punto de sentirse repleto.
Abrí los ojos y comencé a escuchar por vez primera el susurro de mi propia voz. Y me descubrí sonriendo ante la simplicidad de la vida.

Me hice confidente de mi mismo y palpe las delicias de sentirme tan vivo y de no tomarme nada tan en serio.
Solo estar satisfecho de ser capaz de creer y crear.

Complacido a tal punto  por no tener nada y cargar en mis manos una felicidad convicente de que eso lo es todo.