Soledad de noche

Esa noche solo estábamos ella y yo. Hacía tiempo que la evitaba,el miedo y la angustia me invadía en tan solo pensar en ella.
No quería abrir los ojos y darme cuenta de su presencia, pero ...ya no podía evitarla.
El miedo me invadía, poco a poco se agitaba mi corazón, la piel se me erizaba, la angustia se iba apoderando de mí.
Poco a poco el aire frio que entraba por mi ventana esa madrugada, me envolvía y tranquilizaba mi alma perturbada.
Mis ojos pequeños se fueron abriendo poco a poco y con ellos el caos de mi cabeza y de mi corazon, se vieron reflejados en las lágrimas que caían sobre mis mejillas.
Esa noche comprendi, que aquello que siempre había evitado, se había convertido en ese momento en lo que más anhelaba.
Mi muerte