DE TANTO ANDAR Y ANDAR

De tanto andar y andar,
de tanto pensar y pensar,
parece que siendo joven
me voy haciendo viejo.

Veo calles, veo gentes
y voy solo, caminando.
Ensimismado y apático,
voy solo, cantando.

Conmigo, con nadie,
conmigo nada,
latigando mi espalda
por los errores idos,
mirando la pura luz
del día deslucido.

Bebiendo amargas hieles,
cuando dejaré de errar!
anhelando las mieles
van cayendo lágrimas en borbotones.

No son sabias mis palabras,
mi poesía no tiene sentido.
Nadie mirará estas páginas,
y mi corazón emerge en los latidos.

Latidos de desconsuelo,
latidos de desolación,
ni siquiera yo he entendido,
lo plantado aquí en el corazón.