El escorpión

Arácnido nativo de mi piel
cava madrigueras
en mis frondosas tierras
habita, ocasionalmente,
entre mis brazos
se alimenta de mis pétalos
carnívoros,
me mira con sus seis ojos
que acarician,
me clava sus pinzas rojas
en el centro de la vida,
me inyecta saliva
que su aguijón
me envenena la garganta,
cruje mi cuerpo
de su silenciosa estampida
soy una Viuda Negra
y en mi nostalgia
dorada inextinguible
de las cinco de la tarde
me toma por su presa
y me aniquila.

Nenúfar

*Pintura: Escorpión (2007), Roberto Mejía Ruíz.