Espinas

Y en la punta de los dedos llevo el amor, lo voy soplando como el polen de las manos, acaricio las espinas de las rosas que nadie quiere, porque no son perfectas, porque al tocarlas te lastiman sin quererlo y se quedan con la humedad de tu sangre, absorbiendo el dolor que se escabulle por tu piel, el dolor que te hace huir de ellas...