Que crueles los domingos

poema de Lunática

Volvieron las cajas y puñales en el pecho. Volviste vos a mis pesadillas y a esta extrañeza de querer verte y besarte los pequeños mapas de tu piel.
Me enseñaste que algunos recuerdos son como tatuajes que nunca se borran.
Dime qué sigues ahí, dime qué en alguna parte tu corazón cada tanto quiere una caricia mía. Dime qué basta que me pienses una vez al año y te arrepientas. Dime qué algunas veces te arrepientes.
Me olvidaste ya? Cómo te deshaces las huellas que dejó un animal salvaje, pero de una forma tierna.
Fuimos reales? O todo está en mi mente los domingo a las 11.30.
Ojalá entendieras que a veces no disfruto la soledad. Que cuando despierto y no te encuentro recuerdo una vida paralela que no creo que viví, pero que sentí en casa deseo, en cada día desde que me abandonaste en una plaza. Que en milésimas de segundos recuerdo todas las noches enas que me encontré así, con navajas en el pecho y dentro de una caja que no me deja avanzar. Todas esas noches que derrame mares en mi almohada.
Nunca más me voy a dejar sin casa, pero si vienes quiero contruirte un hogar e invitarte a vivir estos días extraños, cuidando un jardín.
A veces recuerdo algunos recuerdos que son una distopia. Es extraño como te golpea un día y el vacío de las horas.
Estoy recordando también que no todo fue como yo hubiera querido que sea. Que si me vieras estarías orgulloso de mi por ser quien vos sabías que iba a ser. Y si, a veces digo tu nombre en voz alta para ver si el universo lleva mi voz a tus oído. Creo y me desespero cada vez que te tengo en las calles, pero también entiendo que si te tengo en frente ya no pasaría a saludar. Solo dejaría que pases, cómo todos los domingos después de que se me parte el corazón. Esto nunca va a terminar, y se que nunca te olvidare. Y menos las letras que surgen del dolor de extrañarte.
Tengo que empezar de nuevo una después de un domingo se extrañarte. Joder no entiendes el valor que mi mente te dió..y no entiendo que mal le has pagado. Es tierno verme indefensa, pensando en que puedes venír a besarme las lágrimas. Pero que salvaje seria poder tocar nuevamente tus manos.
Empecemos de nuevo.
Me he creado una caja, y de ahí no salgo, sin cortarme el pecho recordandote. No sé cómo escapar de mi, no de vos en mis sueños