LAGRIMAS DE CONDENA

Lagrimas queman mi cara cada noche, cada mañana, cuando nadie me ve, cuando nadie me oye.
Sollozos silenciosos en mi cama, mi cuarto, mi almohada.
Sollozos de mi ser roto, dolor que me tortura, alma condenada.
Porque perdí mi fe, no creo en nadie, ni en nada.
Y me es ardua la vida, tediosos los días, pues para mi es una condena vivir, y ver pasar los días.
Mis ojos se abrieron y deje de soñar cuando descubrí tus falacias, y vi tu actitud arrogante ante mi corazón roto y el dolor de mi cara.
Descubrí la realidad de una vida elitista, injusta y cruel, desapareció el sentido de mis días y empezaron las preguntas, que llevaron a más preguntas.
Hasta que perdí el sentido de la vida, del amor, del trabajar y mas trabajar para luego morir.
Rechace el universo, el amor y la amistad por miedo al engaño, rechace el sistema que me oprime, y que me obliga a vivir esclava del dinero, hasta que me canse de preguntarme el porqué de las cosas, ya que nunca tendrán respuesta.
Llegue a la conclusión de que la vida es un engaño, y que somos juguetes de un Extraño.
Y llego mi juicio, pues mi vida es la pena, y la tierra en que vivo, mis cadenas.
Y aunque sé que está prohibido, se que la muerte, será el fin de mi condena.