Madre

poema de Milagros

Es la palabra más dulce
que he conocido en la vida.
Yo no sé por qué será
que no hay otra que la siga.

Es el ser más milagroso
que ha pasado por mi vida,
y se quedará grabado
aunque termine mi vida.

Ay madre, del alma mia!
Guíame con tu luz,
Esa luz tan milagrosa
Pues te la envía Jesús.

Madre, que estás en el cielo
nunca te olvides de mí.
Pues necesito tu ayuda
Aunque estés lejos de aquí.

Si yo sé que tú me guías
siento en mi tranquilidad
y mi cuerpo se revive,
recibo fuerzas demás.

Yo sé que el amor de madre
No lo termina la muerte
y siendo un amor tan grande
tiene que persistir siempre.

No puede acabar la obra
que empezaste en la Tierra,
si no la sigues en el cielo
y nos mandas luz eterna.

Oh, madre mía, escúchame
para poder terminar,
esa obra tan grandiosa
que me enseñaste acá.

Es una obra que cubre
de la vida todo, todo,
desde las cosas pequeñas
hasta los grandes tesoros.

Es un tesoro el amor,
la verdad y la alegría.
El llevarnos como hermanos
Y no fallarle en la vida.

La labor que hace la madre
no se puede terminar,
pues su obra es tan grande
que brilla en cualquier lugar.

Yo quisiera tener tiempo
y suficiente papel
para poder describirla
pero no terminaré.

Por eso sólo me queda
Darte las gracias Señor
Por haber tenido madre
Y esta verdad yo saber…

Que como el amor de madre
no hay ninguno en la tierra,
que como quiere una madre
sólo Tú, Dios, lo superas.