Dilema

Esta tarde mi cuerpo, mi corazón y mi conciencia se debatieron fuertemente, discutieron varios puntos de alto y bajo interés. No sabían que hacer contigo, como mirarte, ni que decirte.

Mi cuerpo hablaba de moral y dignidad, mi corazón de amor y lealtad, y mi conciencia de orgullo y arrogancia.

Era una tarde muy atariada porque no encontraban solución alguna. Después de varios minutos de discusión encontraron respuestas a todos sus interrogantes, todos ellos hablaban de tí.

Mi cuerpo decidió; besar tu cuello, tus hombros, tus manos, tus nudillos, amar toda sección punzante de tu cuerpo, recorrer cada parte terrenal de él y así saciar el hambre escondida que tiene por ti, quedarse en ti, ¡En dónde podrá estar clavado para siempre!

Mi corazon decidió; unirse con el tuyo y ser uno mismo, sentir tu presencia, estar en tus noches para velar tus sueños, despertar contigo para forjar el mañana, esta tarde le a jurado a tu corazón, amor y lealtad sin desvaríos.

Mi conciencia decidió; escapar contigo, ya que vivir sin tí no le es permitido...
¡No puede morir porque te quiere!, prometió ya no ser arrogante y dejar atrás todo rastro de orgullo.

Así sin más cuentas por saldar; mi cuerpo no reparo en besarte de la manera más erótica posible, con el corazón.

Ambos decidieron dejar atrás los miedos para así poder amarte sin condición alguna, con la conciencia, sin dar paso a toda necedad, amarte a tí y a tu ausencia.