Muralla

poema de Michael D.N

Se terminó la chispa
ya no puedo ayudar
a las ideas
a cruzar el puente
de la pluma hacia la hoja.

Lleno de pesares mortales
una neblina inmensa cae
como el manto nocturno
sobre mi alma y en ésta
yace un pecador y un santo
¡batalla aterradora!

Que ingrata es mi realidad
no la quiero.
Lo grandioso es,
que se puede cambiar ésta,
luchar por una mejor
-lo que parecería obvio-
pero yo, el humano
se encarga de crear sus propios tormentos
y de sabotearse a sí mismo.

Un corazón fuerte
abandonado, corrompido y olvidado.
En su mazmorra se pregunta
por sujetos que fueron por los senderos del equilibrio como el filósofo Lee,
Da Vinci, el viejo Sócrates,
por Neruda me pregunto
y por Facundo y su voz que trae libertad.
En la frialdad de Nietzsche
que gusta a mi ser
y ayuda a ver,
ésto si lo deseo así
ya que también puede cegar
y envilecer.

Algunos con conciencia,
sin o por inercia
elevamos plegarias a Dionisio
y las tomamos como libreto
para interpretarlas
en nuestras vidas efímeras
y no está mal,
lo estaría sino se sale de allí
y se aprende del ello...

Un sin fin de oportunidades
se presentan día a día
un sin fin de contextos
tristeza y felicidad
personas vienen y van
¿cómo continuar?
cuando el camino lejos está.