Dolor

Y sin distinción

entre la fantasía

al poseerte

y la realidad

de perderte

pues mi mente

se caldea

en un estado

atónito de locura,

permanente.

Y con tu paseo

por todos mis lugares,

por todos mis escondites,

los que yo a nadie revelo;

sólo a ti, mi amor,

porque yo te amo tanto...

Y, por ello, mi ser

conoce todo mi cuerpo.

Y, por ello, mi ser

conoce toda mi mente.

Y, por ello, mi ser

conoce todo mi corazón.

Y, por ello, mi ser

conoce toda mi alma.

Y con tanto sufrimiento

por tu amor,

poco a poco,

caigo en un acantilado

de mi ser

y me relego en el dolor;

un dolor duro y ahogante...

Y yo no borro mi dolor

ni con las melodías

de los mares.

Y yo vago entre tinieblas

y habito, ya,

en el peor de los infiernos

por tu pérdida.

Y yo no encuentro

consuelo.

Y yo no camino feliz

por ningún, ningún confín.

Y es que yo ya voy

en mi propio

coche fúnebre

y me pasea

por mis días vacíos.

Y es que yo ya voy

con la desilusión

y la pena, sola,

tan sola...

Y es que yo ya sé

que tú aquí no estás

conmigo,

en ninguno

de mis mundos.

Y es que yo ya sé

que tú ya vivirás

en otros mundos.

Y así llevo

tantas vidas

que ni las cuento

para no darme cuenta

de lo enorme,

para no darme cuenta

de lo eterna

que se ha vuelto

mi condena.