Long Play

La vida,
Una colcha tejida
con retazos de sueños
e hilos de esperanza...

Y se te vienen
todas las nostalgias
de golpe,
todos los recuerdos,
todos los sueños,
como un puñetazo en la cara.

Y con las lágrimas
humedeciendo
estas hojas
sobre las que escribo,
viajo sobre un remolino
de canciones y recuerdos
a esos años,
que nublados por la tristeza
se me antojan ahora,
más felices.

El mundo
era entonces amarillo,
y violeta,
y azul.
¿Eran quizás
las bolitas de dulces
que llenaban mis bolsillos?
¿O toda esa psicodelia
de los Setenta
en que crecí?

Y mi madre
con su sonrisa lejana,
con su minifalda,
y sus medias a la rodilla,
canta
mientras ordena,
y barre,
y friega trastos.
Revolotea
alrededor de la caja
en que mi hermano
y yo
nos figuramos piratas
navegando
nuestro mar de juguetes.

Y mi padre,
flaco,
moreno,
nos arrastra
corriendo por una calle
larga,
mientras reímos
y volamos,
sus zancadas
tan largas
apenas dejan
a nuestros piecesitos
rozar el asfalto...

Y hoy,
es él
quien arrastra sus pasos,
mientras yo
le tomo de la mano.
Hoy soy yo,
su cayado...

Esos años
nublados por la tristeza,
se me antojan ahora
más felices.