La Bailarina

poema de Cuervo Negro

El cuarto estaba en silencio cuando entré. El viento se escurría entre la ventana y ella se mecía a su ritmo. Como si bailara en el medio de la habitación.
Sus ojos miraban a los míos, penetrando mi alma como nunca nadie lo había hecho en su vida.
Sus ojos miraban a los míos como su hubieran estado esperando que la puerta se abriera hace horas, mientras levemente bailaba en la habitación.
Su pelo negro y liso estaba hecho un desastre, de dar tantas vueltas en el baile. El viento acariciaba aquel mar nocturno a momento, desmenuzando aquellos hilos negros.
Sus labios levemente grisáceos, parecían a punto de susurrar aquella canción, la canción del silencio.
Sus pies, flotando a centímetros del suelo. Se movían levemente con el viento.
Sus manos ensangrentadas y quemadas. Seguramente por jalar la cuerda que su cuello adornaba. Había hecho mal el trabajo, en vez de quebrarse el cuello, ella se había ahogado.
Al verla no dije nada, no saque alguna conclusión. Simplemente busque mi atuendo para esta situación. Luego volví al cuarto, listo para bailar con ella en esta ultima ocasión.

Comentarios & Opiniones

Holderlyn

Primera obra que leo dedicada a una mujer ahorcada; y no lo reprocho pues no se su motivo. Solo puedo decirle que pudiera corregir el final "Luego volví al, listo".

Saludos desde Cuba

Critica: 
Silvia

Simbolismo ahí bien encanto! Saludos felicitaciones y beso.

Critica: