Pandemia

PANDEMIA
"Un soplo milenario trae amagos de peste"
Rubén Darío.
Nunca fueron los demonios, ni los dioses, ni los gigantes de la antigüedad. Siempre han sido ellos y sus diminutos cuerpos, ocultos y ansiosos por tomar como heredad el mundo.
Las fronteras que la Unión Europea no fue capaz de cerrar para los cientos de migrantes de África y Grecia hoy se cierran en la gran Europa.
La Muralla China, que contuvo otros imperios, hoy se contiene a sí misma.
Las pirámides de Egipto y sus momias, que sobrevivieron en el tiempo, dejan una huella más profunda en el desierto.
Las líneas de Nazca, las ciudades perdidas de los Incas, Mayas y Aztecas claman desde América a sus dioses creadores del maíz.
Las bombas atómicas, los misiles nucleares, los sistemas de defensa son incapaces de defender a las superpotencias.
Las religiones del mundo claman a Dios en sus diferentes manifestaciones de ser.
Habrá quienes se sientan samaritanos y otros jueces para echar en cara la falta de fe.
Solo por esta vez, las cadenas internacionales de noticias no presentan nuevos atentados terroristas ni juegan a inventar las verdades del mundo.
El petróleo se vuelve incapaz de mover a la bestia del Apocalipsis.
La bolsa de valores se desploma como piezas de dominó.
La industria descubre que las mascarillas y el alcohol gel son más rentables que la venta de automóviles.
En el extremo oriente, tal parece un tiempo de paz.
Los peces regresan a su hábitat, los pájaros trazan líneas de vuelo más seguras y los animales salen a reclamar las ciudades invasoras de su espacio.
Las personas y sus mundos virtuales, sus emoticones, se abrazan sin temor en las redes sociales, sin el miedo a morir por falta de un respirador artificial.
El hombre, por primera vez, descubre que su mayor enemigo no son las ideologías políticas, ni la religión, ni el color de la piel, ni la nacionalidad, ni una clase social, sino un ser millones de veces más pequeño y letal que él.
...Pero todo ha de pasar.
El hombre se unirá para salvar su especie.
Las potencias, en su lucha incansable por ser la más avanzada y la más poderosa a través de la biotecnología, salvarán nuevamente a la humanidad.
Y las cadenas internacionales de noticias volverán a transmitir las guerras de oriente.
Y las religiones se proclamarán salvadoras del mundo.
Y los niños serán olvidados de ser salvados de la pandemia del hambre.
Y los ancianos recluidos en los asilos volverán a morir olvidados.
Y el calentamiento global volverá a ser el peligro más latente.
Y las superpotencias volverán a poner en alerta sus sistemas de defensa contra otras superpotencias.
Y las fronteras y sus tratados de libre comercio volverán a imponerse contra los países más pobres.
Y las ideologías políticas, la religión, la raza nos volverán a desunir.
Y el mundo volverá a ser el mundo que siempre ha sido.