Diálogo por la mañana

poema de Akihito Saito

La resistencia se desvanece como es habitual
ante cada amanecer en que los rayos del sol atraviesan la ventana,
tú de un lado, yo del otro, mas nuestros labios se ensamblan
y con los ojos a medio abrir comenzamos prontamente a sonreír.
En tanto, rehuyendo de la idea de abandonar nuestro refugio
al cabo de unos besos sorteamos con fortuna nuestro deseo,
con la alegría que nos proporciona observarnos
nos disponemos a dialogar de improviso.
Con sumo asombro oigo tu interrogante
“¿qué es para ti lo favorito”?
No lo sé, supongo que quizá un plato de comida
como uno de arroz con carne o tal vez un pequeño chocolate
“¿y para ti?” te interrogo de regreso
Pues, pienso que viajar, y la libertad que ello significa
es decir, alejarme aunque sea por unos instantes
de la realidad y sus responsabilidades, de lo cotidiano
y los deberes que trae consigo, salvándome de ello
dándome a las experiencias que aguardan por mí
en cada lugar al que me aventuro
cuando siento que lo necesito.
“¿Y cómo podemos saber qué es lo favorito?”
o más bien, “¿cómo definimos qué es lo favorito?” piensas en voz alta
Tal vez lo favorito es aquello que podemos disfrutar una y otra vez
sin llegar a hartarnos o perder esa genuina felicidad
que solo esa cosa especial nos logra otorgar.
Coincidimos en ese aspecto,
en que no importa si concurrimos a nuestra cosa favorita a diario
o una vez al año, pues la felicidad que ello trae consigo
no disminuye ni un poco.
Entonces, con toda seguridad, te miro y afirmo
que tú eres la representación de lo que entiendo por favorito
alguien a quien puedo concurrir sin cesar
a sabiendas de que el júbilo siempre será igual.