Pasión paralela

Pasión paralela
Mi hombre lleva fuego por las venas, y como un corcel salvaje busca a su hembra para apariarse, él me busca para oler y disfrutar de mi sexo y saciar su hombría dentro de mí, y yo como su hembra en celo trato de excitarlo porque es el dueño absoluto de mi pasión y de mis secretos más libidinosos que solo puedo compartir con él. Y es que en el lecho damos rienda suelta a esa lujuria impúdica y exacerbada que suele excitar nuestros sentidos, ¡y no puede ser de otra manera! Porque sólo él provoca mis pasiones y como una colegiala atrevida me gusta excitar su libido para disfrutarlo por completo y para que él disfrute de mi absoluta feminidad;
ser su hembra me deleita, porque sólo él tiene ese algo tan especial que logra subyugar mis pasiones en los momentos de intimidad que tenemos. Con sólo un beso de su boca hace que mi corazón se acelere,
y con cada caricia logra que toque el cielo;
y cuando estoy en sus brazos siento que el mundo es completamente nuestro y me hace olvidar la cruel distancia que nos separa, pero aun así, seguimos existiendo en cada pensamiento, en cada beso, en cada palabra y en cada caricia de ambos. Sí, mi hombre tiene un encanto especial para mí, y aunque haya pasado mucha agua bajo nuestro puente a lo largo de los años que llevamos juntos, sigue siendo el dueño de mi amor, y es el único que puede apagar el fuego de mi cuerpo que arde por él y para él  y que también habita en mí.

Palabras del alma

Martha Humphrey
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