La inmundicia del cuerpo o caen estrellas sobre ofrendas florales
Heme aquí, en otro lugar
que no es el inmundo cuerpo,
los trazos de la noche buscan
en la basura junto a los gatos
su alimento,
alumbrados por la luna mestruante
y la reflexión de la luz
de mis quebrantados huesos.
Y en el panteón sobre mi ataúd
aún abierto,
llora una mujer, yo todavía no sabía
porque yo había muerto,
y la escuché confesar que me asesinó
en su último poema, secando sus lágrimas
mientras se tragaba mi esperma.
Un ángel entristecido toca la lira
mientras cuida de mi cadaver,
puedo verlo todo,
mientras ella seguía acariciando mi pene,
sacandole la última gota de semen,
en una alianza destruida
y las gotas de sus lágrimas cayendo
en mi figura con heridas.
Heme aquí,
fuera del inmundo cuerpo,
protegiendo de los demonios a la mujer
que llora sobre mi ataúd abierto.
Marlon Argüello Vargas
07.05.19
Comentarios & Opiniones
MARLO
Wooow !, intenso, trágico, funesto, tu tema encierra matices si bien reales, inmersos en tristeza profunda.
Un saludo.
PLATINO
Gracias Platino, vos sos muy amable con tus comentarios y yo con mis intentos de ser un poeta.
Como dijo platino! Wooooow! Saludos cordiales.
Silvia, gracias , sos muy amable.
Penélope, te agradezco mucho, cuando no veo un comentario tuyo en un poema mío sufro, gracias por apoyar mi intento de escribir poesía.
Gracias por tus comentarios Penélope.
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