Para ti

Posees un cabello tan ceniciento

Y suave como algodón

lo tengo aquí grabado en mi corazón

y añoro entre mis dedos el rozamiento.

Te he visto a una distancia de metro y medio

no puedo abrazarte porque quiero cuidarte,

tu fragilidad podría quebrarse ante el contagio,

aun, con todas las medidas para protegerte.

Y siempre tengo tanto recelo

Quisiera poder tenerte en una burbuja

para que estuvieras a salvo entre el cielo

y la tierra, lejos muy lejos de esta plaga.

Eres un sol sereno que alegra nuestros días,

Como un atardecer de otoño

Un árbol con sus hojas secas a punto de desojarse

¡Pero que no caen ¡

con la esperanza de la pronta llegada del invierno.

Y alcanzar un nuevo renacer,

en ese mañana que casi está por llegar,

con la fortaleza que mana de los deseos de vivir,

una vejez larga y muy bien sana

para seguir cuidándonos como si aun fuéramos niños.

Y nosotros con la dicha de tenerlos

Y volver a estrecharlos con sumo cuidado

Y sentir ese calorcito maternal

Y esa seguridad paternal

Que aún se empeñan en continuar entregándonos.

Para ti; Mi viejita

Para ti; Mi viejito

Tengo la Fe en Dios Padre Celestial

que superaremos esta tempestad

y que nos volveremos abrazar

este virus no nos podrá derrotar.

Por si aún nos queda un mañana por vivir

Y si no; es porque fue la voluntad de Dios,

los tengo aquí en el fondo de mi ser

y aquí vivirán por siempre.

¡Los amo ¡