No sé

No sé.

No sé si fue aquél concierto,
no sé si las preguntas que vomitaste,
no sé si fue el concurrir de los trenes
al fondo de la ciudad
con tu rostro inherte mirando al piso,
lo que hizo del poema algo tangible
y empujó al tiempo al vacío.

No sé si pensaste en acabar bien,
o si fué el vacilar del viento en tu cara
lo que iluminó a éste que escribe.

No sé.

Y la nada se iergue frente a mí
como un muro en una frontera,
como tus ojos que sólo existen cuando acaban,
como tu reír que sólo sirve

si lo ocultas.

No sé si eres el viento,
o si eres la nueva eLe,
la chica del nueve.

No sé.

No sé por qué siempre encuentro obstáculos como éstos,
por qué siempre la nada se muestra
desnuda frente a mí
como una prostituta, como el fin,
pues el vacío me alimenta,
el tiempo aúlla
y yo engullo cada flecha que me lanzas;

soy la destrucción en carne viva,
soy la falta de alabanzas,
la esperanza que ocultaba entre mis tripas.

Pero no sé

si te quiero o te odio o te tengo o te miro
o no sé que hago si te vas y no te he dicho

todo

lo que habita

entre mis manos.

No sé.