Lo que más quieres

Desconsolada te encuentras velando a mi último sueño.

Son días largos con noches cortas debido a que a mi mirada no encuentras.

¿Acaso has perdido el motivo por el que antaño amabas?

Mi voz ya no te decláma poesía y eso se debe a que tu brillo se niega a iluminar mis putrefactas cuencas.

Te tornas oscura impregnando al firmamento con la nada.
¿Es que acaso no quieres que nadie te vea llorar ante la ausencia de mí respirar?

Has prohibido a las estrellas parpadear para no constatar cómo se va degradando mi sonrisa.
Esa que antaño hacia lucir deseables a mis imperfectos labios.
Esos a los que besaste en aquel cuarto menguante.

Silenciosa anhelas que en alguna noche despierte y te grite que aun no me pierdes.
Pero el mañana llega y con amargura te delega.
Te marchas con lágrimas que aun acarician a tus blancas mejillas.

Desesperada haces que algunos planetas golpeen tu espalda.
Con dolor logras que con ese fuerte impacto llueva polvo de estrellas.
¡Y así proteges a mis restos de la rapiña de los cuervos!

Ante la espera que cada vez es más eterna.
Te tornas roja llenando tu vista de mi sangre extinta.
Ansiosa pretendes acercarte a la tercera roca.
Pero al observar como tu cercanía excita las olas.
¡Optas por alejarte para que ellas no degusten de los restos que aun veneras!

Te pintas de amarillo al pensar en recurrir a hechizo de la bestia, que cautiva espera a ser liberada de tu mente insana.

¡Pretendes devolverme la vida y por siempre estén unidos mi carne con tu vista!
Ese hechizo es el que me puede regresar so pena de hacerme por siempre maldito.

Pasas de un estado a otro cuestionándote si será lo mejor para ambos.
Ya que mis ansias de hambre puede ser más infinitas que el control que pueda ejercer la atracción de tu amor.

Pensativa sobre los cielos no esquivas a los meteoritos.
Ellos impactan sobre tu lado izquierdo dejándote cráteres en parte de tus labios gruesos.

Decidida juegas con el amor del astro sol y en aquel eclipse.
En plena entrega liberas el hechizo del lobo que presuroso aúlla anunciado su reinado en esta momentánea oscuridad.

Te alejas contenta de ver a mi cuerpo en movimiento.
Pero es la única vez que ves despertar a tu amado mortal ya que el sol al percatarse de tu traición hace que el lobo tome total control..

A través de largos colmillos te demuestro una terrible irracionalidad.
Mi cuerpo ya en cuatro patas presume su plateado pelaje.

Y desde entonces me encuentro escapando ante tu mirada atónita.
No me detengo y no te pienso en ningún momento

Cuando la irracionalidad de la bestia duerme.
Los crímenes por su hambre me atormentan.

¡Es esta noche de luna llena que aun te amo princesa!
Apenado me escondo de tu mirada ya que no deseo que veas al ser que habita dentro de mis entrañas.

Dentro del firmamento te cuestionas de tu acción. Esa que me hurto del reino de la muerte.

Sufres y sufres al ver en que bestia me ha convertido tu egoísta pena.

Temes que en algún momento dado la venganza me alcance.
Me cacé y por siempre lo que más quieres te arrebate.

Autor: Mario Cesar Palma G
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