HOY TE COMERÉ A BESOS

Hoy te comeré a besos

Hoy te comeré a besos no importando que tan esquivos se encuentren tus labios gruesos.

Mis labios, impregnados con deseo, despertaran la libido, que mezquino dormita sobre la piel de tu desnudo cuerpo.

¿Podrán mis labios convencer a tu boca?... ¡qué mí saliva es lo único que puede mitigar lo árido de tu desamor ocasionado por tanta decepción!

¡Tu olfato accederá a respirar el aliento de mi vida!
¿Será quien pueda convocar a los espectros de tus sentimientos?
¡Eso ya lo sabrás si te aferras por siempre a mis besos!

Hoy te comeré a besos y no permitiré que los conviertas en una adicción de tus miedos.

Te comeré a besos para que mis sensaciones confronten tus pasadas decepciones.

Hoy te comeré a besos y esos besos se preñaran con tu aliento.
De ellos nacerán suspiros que enamorarían al mismo cielo o tal vez engendrarían estrellas, que fugases se desintegrarían sobre nuestro firmamento.

Hoy te comeré a besos y sentirás que es el asfixiarte de amor al degustar tan solo uno de ellos.

¡Le exigirás al tiempo!... ¿para que jamás tus labios sean separados de todos ellos o simplemente le implorarás que te aleje por siempre de ese irresistible deseo?

Hoy te comeré a besos y confirmarás que ya nunca deberás soñar con ellos.

¿Que la soledad ya no quedará prendada a tu realidad?
Ni por costumbre aceptaras a cualquier boca que pretenda borrar las caricias de mis labios frescos.

Las estrellas les harán prisioneros de tus deseos.
¿A través del tiempo aprenderás a suspirar con ellos?

Tal vez hoy no te comeré a besos, para darte un poco de tiempo y analices, ¿si les extrañas o solo te burlas de ellos? Como tiempo atrás lo hicieron con tus besos soñadores y tiernos. Que crueles bocas, excitadas les juraron amor eterno y después del acto carnal les incineraron junto con las promesas hechas en su momento.

¡Hoy te comeré a besos y te devorare con todo y huesos y que nada ni nadie, ni el mismo viento se atrevan a excitarles por tan solo un fugaz deseo!

Hoy te comeré a besos y tatuare dentro de tu boca el número infinito de ellos.
Que cualquiera que te pretenda en mi ausencia, ¡no dude que ya tienes dueño!

Hoy te comeré a besos y sé que estarás enamorándote de ellos.
¿Al despertar y al dormir exigirás la fidelidad de ellos?

Al fallecer enterraras tu olfato junto a mi último aliento.
Mi alma reencarnada en otras vidas, en otros cuerpos y negará a mis labios mitigar la sed de otras bocas. Rechazará impregnarse de muchos labios, con esos besos, con ese aliento que ya en tiempos pasados se comprometió con tu amor eterno.

Mientras la luna ilumine el momento en que recuerdes el nombre de cada uno y al final pronuncies el nombre del dueño de todos ellos.

Hoy te comeré a besos, besos fieles a tu boca, que a través de muchas vidas.
Ayer ni hoy pretenden dejar de alimentarse por completo de tus ya conocidos labios gruesos.

Autor. Mario César Palma G.
Derechos Reservados.