Florecieron rosas de dulzura

Estaba mi amado
en tremenda lejanía
y fielmente recordaba
cuando el decía;
"tu eres mía".

Corrí de bosque en bosque
le busqué de pueblo en pueblo,
de nube en nube,
de cementerio en cementerio.

Entre rosas y rosales,
le busqué entre los cerezos,
y fue allí en medio de esos
que vi su rostro
flamante de hermosura
y a serafines que cantaban
a su bella figura
a su mirada resplandeciente de ternura.

Mi amado brillaba
como estrella preciosa
como saeta del cielo prodigiosa.

Corrí a sus brazos
me postré en su suelo
y contemplé de cerca su hermosura,
besando sus pies con tanta ternura
que florecieron rosas de dulzura.