El atardecer se ha hecho para sonreír.
poema de Mariano Ambrosio Aurazo
Saliendo de mis centro de labores, un poco estresado/
la monotonía, el trabajo, las obligaciones/
las cosas del más de lo mismo/
no me quejo, hago mis cosas, ya me acostumbré/
en eso estoy de acuerdo, de lunes a viernes/
es el trajín de la semana para todo trabajador/
pero eso se soluciona con un descanso/
exactamente, al atardecer, cuando el astro sol/
si, exacto, el rey sol que nos ilumina/
nos fastidia todo el día, el factor climas/
también influye mucho, poco o nada/
a mi si los climas extremos me asedia/
me perturba, me incomoda, pero que importa/
debo de agradecerle a esa tarde que me relaja/
y claro me hace sentir feliz en mis paseos/
digamos casi a diario, gracias atardecer divino/
gracias por acordarte de mi, no te dejaré nunca/.