Pecar

PECAR

Pecar, el más delicioso pecar...
resulta en meterse
en los desvelos ajenos y
juntos hacerle cosquillas a la aurora;
sumergirse en las gotas del rocío,
hasta humedecer toda añoranza;
o ganarle a madrugar a las palomas.
Pecar, el más delicioso pecar...
resulta en domar
sus secretas fantasías
nadar en ellas, sucumbir,
y despertar en el éxtasis
que produce ver el brillo de sus ojos...
Pecar, el más delicioso pecar...
consiste en que lo censurando sea mío;
en que el silencio vocifere su nombre,
y se desvanezca en el viento.
Pecar, el más delicioso pecar...
Sería que mis colibríes
transiten su pecho, yendo de un norte
en travesía de un sur,
navegando en el Atlántico.
Pecar, el más delicioso pecar...
Sería en que él entienda mis vocablos
sin pronunciar palabra, y su brújula
acerque a la mía, y que así como llegue,
siga su camino.
Y todo, por un delicioso
y callado pecar.