Condicional y pluscuamperfecto
En la hambruna de tu alma es posible que ante cucos, desplegados por la paria, adoptes su concepción. Pero no olvides que todo eso que mime una mentira, siempre entretiene al que mira, mientras roba su razón.
La Verdad es solo una, y hay muchos puntos de vista, pero ves siempre la misma, o ve uno alguna ilusión.
Si no es solo temporal, la ilusión conduce al mal, pues aquellos que la implantan, anhelan destruir lo real. Buscan engendrar malezas que después esparcirán, para luego decir que ellos “sanan esa enfermedad”, ya que son “los elegidos”, de su dios, “el gran señor”, que ha otorgado con su vara su inconmensurable amor. Aunque sean solo ellos quien su vara recibió, ya que “solo los notables pueden contener su amor”.
Ponen precio a sus maestrías, de mentiras, sin razón, y contemplan como algunos engrandecen su ilusión, ya que ahora son especiales por una vetusta ley que ellos “han redescubierto al esclarecer su ser”.
Falsas premisas se dan por ciertas, y así se altera la conclusión. Entre falacias preestablecidas construyen sus templos de ilusión. Así es que implantan aún más matrices, afines todas a la global, puesto que alientan a sus valores, o que, aunque sea, les son funcional.
La fantasía abduce sus vidas, venden como oro burdo oropel. Son marionetas ventrilocuadas. Son la maleza que quiere creer que fue una bella flor inocente, y que hoy “ya es conciente de su nivel”, y que por eso, “aquel que la envidia, quiere brillar robando su fe”.
Caramelos agridulces que anulan el paladar, para luego darles mierda, diciendo que es un manjar. Así envenenarlos pronto, sin que puedan vislumbrar, y que autómatas defiendan, con su vida, algo irreal.
Condicional y pluscuamperfecto, sin grandes huecos se ve este plan. Pero ha llegado en un mal momento, pues hoy ya no hay tiempo de escapar. Lo indescriptible que nos conecta se siente obligado a develar, lo que los imberbes han velado para expropiar hasta lo esencial.