Una Invitación sin rodeos

poema de Mead

Si me dejas y te dejas volar,
Hare del cajón de tus fantasías una solida realidad.
Pues debajo de todo ese rosa
Se esconde un rojo de esos que llaman inmoral,

Que no te sorprendan y mucho menos niegues
La fe de mis no tan blancas palabras.
Por que se, que detrás de tus falsas limpias miradas
Vive una real poco más sucia que mis palabras.

Con el tiempo y en silencio he visto
Como penetras con tus ojos a aquello o aquellas
Que con sus dotes te agitan los antojos,
¡Ya puedes quitarte los anteojos!,

Muéstrame al ser que agita a los míos,
Que se despinta los labios en otros labios,
Que se rinde ante la carne
Y es más rojo que su misma sangre.

Deja que te ayude con la ropa,
Si gustas, arráncame la piel.
Quítate de la frente el idiota
Y tócame también,

Tu boca saliva mis besos,
Y gime suspiros
Mi boca se carcome del deseo
¡Vamos niña, muerde de una vez!

Que tu mirada no pida tiempos fuera
De mi mirada que está a la espera,
Del escondido y único
Brillo de placer absoluto.

He trancado el cerrojo de mis dedos
A las suaves curvas de tus caderas
Desangra y libera tus miedos
Revienta cada una de tus cadenas.

¡Mírame y cae! ¡Solo déjate caer!
En el colchón de mis belicosos besos,
En mis deseosas manos y sus oscuras caricias,
A la calma y prisa de la guerra de los sentidos.

Bañare tu cuerpo con el pecado
De un amanecer nocturno
Y frotare con el cuido y compás,
Que esta instantánea locura me permita.

Tocare, Besare, Lameré y Morderé
Cada punto cardinal de tu latente cuerpo,
Hasta encontrar el valle más oscuro,
Húmedo y tibio de tu obsceno paraíso.

Retirare la palabra errante de mis labios,
Para convertir a mis besos
En amante sedentarios del veneno entre tus piernas.
Con la misma pasión enterrare mi cuerpo y alma
En lo oscuro de tu lubricado ser,
Para ser un desalmado.

(tomo aire y ella muerde sus labios)

Ya desalmado y adentro, desarmare tus caderas,
De despacio a rápido te temblaran las rodillas
Hasta el punto de ver como se nubla tu vista
De ahí en adelante los hilos nos llevan.

Permíteme no revelar y saltar unos quince minutos
De sonidos, sudor, palabras a medias
Y movimientos fluidamente torpes.
Minutos que serán hijos para tu imaginación

Claro, si tu curiosidad y deseo superan al miedo
Agilizare cada epicentro existente de los sismos
Que anidan tus agudos nervios.

Destruiré y recreare tu cuerpo en un segundo,
Un micro big bang en tu vientre,
Mientras tú clavaras en mí, tus temblorosos dientes
Dispararemos poli sustancias segregadas
Por este divino pecado.
Y encontraremos la vida en la muerte.

…………………….

Te invito a olvidar que somos mortales.
A quitarnos la cándida y ensuciarnos.
Dame tu mano y tomare tu cuerpo,
Entrégate al pecado y veras el cielo…

Comentarios & Opiniones

María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Entrégate al pecado y veras el cielo…

Gran placer la lectura, saludos.

Critica: 
Silvia

Muy bueno poeta,saludos.

Critica: 
Visceral

Muy bueno amigo, muy bueno, saludos cordiales

Critica: 
Mac1965

Un gusto leerte. Saludos cordiales

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