Hasta el infinito

El más fuerte de los sueños despiertan mi mirada
La noción de mi visión, refleja la tristeza de mis ojos
Maldigo aquel instante cuando partí, no pude decir adiós
Miro a la gente suplicando que vuelva, pero aún sigo aquí.

No quiero que sollocen por mí, los palpo y no me sienten
¡Estoy aquí! Grito, siento como si fuera una piedra
Aquel objeto soterrado en lo más profundo de un pomposo
A lo lejos te observo, sentado en un banco.

Me acerco, te abrazo, te beso y me correspondes
Me sientes, te quedas quieto, pensativo, tus ojos se agrandan
Y tu corazón se acelera, y lloras desconsoladamente
Pero de pronto piensas que es una ilusión y dejas de sentirme.

Todos lamentan la inhumación de mi consistencia
Pero mi alma, aún se aferra a la vida
Me escondo en el viento que erizan su piel
Puedo hundirme en sus pensamientos llenos de desorden.

Sus llantos detienen mi vuelo hacia el infinito
Y ahí está él, sin aliento, sin consuelo, sin esfuerzo
Díganle que me recuerde, como yo recuerdo sus besos
Como el último chocolate que digerí
O como el último sorbo que le di a mi café.

Díganle que estaré como el viento, traspasando su cuerpo
Raspando su piel, y abrazando su alma
Llenaré sus noches de consuelo, cuando no sienta mi presencia
Y finalmente díganle, que siempre donde esté, yo velaré por él.