TRISTE IRONÍA

LO QUE QUEDA
Queda la bruma
y esa música que trato de no olvidar
pero que poco a poco
como una pintura expuesta a la luz
se difumina.
La cicatriz imposible de borrar, pese al tiempo.
La sonrisa irónica de cuanto quise y no pude
de lo que sin querer he visto derrumbarse.
Me he quedado presa de una escéptica mirada
que no me deja ver la luz de un credo
porque ya no creo.
Han logrado aplastar mi fe en el hombre
como aplasté aquel último cigarrillo.
Oigo las retahílas sobre la libertad
el derecho y la justicia
recordando el bla, bla, bla
de los vendedores de boletos
en las rifas de las ferias.
Charlatanes sin gracia
montando una y otra vez el circo,
donde tan solo queda
el funambulista a dos metros del suelo
gritando que le pongan la red
sin espectadores, muerto de miedo.
Queda la bruma de la ilusión
en la que un día creí
como creí en el cielo.
mabel escribano
d.r.
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