Otoño sin ti

Fue en abril cuando te encontré,
fue en aquel abril que empecé a vivir,
y entre nardos y flores de aquel frío abril
sentí de tus manos la caricia sutil,
tan sutil, que parece que estás aquí,
a pesar que todo de mí se fue
que por esperarte, sola me quedé.
En las tardes frías de este otoño gris
escribo poemas que no tienen fin,
son los compañeros de mis desaciertos
cuando vago noches de tristes lamentos,
y sigo soñando con aquel pasado
que muere conmigo en esta soledad,
añoro tenerte muy cerca a mi lado,
aunque sé que nunca jamás volverás.
Tengo entre mis manos aquel viejo libro
que guarda los años de ese tiempo amado,
lo estoy leyendo aún sin abrirlo
y mi cuerpo todo se siente embriago
con aquellos versos que tú me escribías,
que fueron mi cama y también mi abrigo
cuando descansaba y tú los leías.
Alejo mi espera y camino sola
entre hojas muertas que van tapizando
el sendero largo que te vio marchando,
ellas van cayendo cual si fueran olas
que vienen me cubren luego me despojan
del cálido abrazo del agua de mar
que te toca suave y después se va.
Lyda de Jericó
DRA-Colombia




