Allí te amé...

Allí te amé,
en medio del bullicio y de la gente,
sin comprender por qué,
sin advertir que te amaba, te amé.
Un día inmemorable,
quizás de Julio, tal vez de Enero,
de pronto, comencé a extrañarte,
cuando, fugitiva, te ibas cada tarde.
Fue confusión y sorpresa
aquel descubrimiento,
para un corazón cansado
que dormitaba en silencio.
Y como si hasta entonces
jamás hubieras existido,
irrumpiste rasgando el tiempo,
despertando nuevos latidos.
Y fue el desparpajo de tu risa
mi insospechada alegría,
y tu mirada fortuita
una llama escondida.
Y florecían tan hermosos,
pequeña golondrina,
los bemoles de tu alma
porque mi alma te quería.
Intenté besar tus temores
y acurrucar tus angustias,
entregándote todo mi amor
con entrañable ternura.
Pero hoy tan sólo quedan
de la primavera que quiso ser,
los rosales marchitos,
allí, donde te amé.





