Septiembre
Podrías estar aquí conmigo.
Podría, yo a solas, abrazarte
y juntos escaparnos a otra parte
a donde la hermosa Eco
ha cultivado un edén de flores blancas
para, con ellas, adornarte.
Y ver tu angelical silueta,
tus gestos que al ser hallados
hacen de mi vida un mundo aparte.
Podría llevarte, si tú lo aprobaras,
a las colinas que preservaron mi niñez;
desde dónde puedes contemplar
los carrizos, los sauces y las casas,
la carretera azul y los huertos.
Y podría descender por tu espalda,
como la noche que va cayendo
en armonía y en entera suavidad
hasta hacerse frágil en tu ventana.
Podría estar allá contigo
solo con oír tu voz agradable y tenue.
Pero estoy aferrado al atardecer,
a las aves que invaden los árboles,
al cansancio del trabajo sin horario
y al silencio de la madrugada.
Comentarios & Opiniones
Clara,es un agrado conocer tu apreciación sobre el poema y, en general, de todos los que acabas de leer. Es también un placer compartir con ustedes, en esta ocasión contigo, lo que con humilde afán escribo. Gracias y que la dicha te acompañe!