Jardín aromático.

Es mi amor un golpe de aromas,
un rayo de sol por la ventana en la mañana,
jardín de delicias,
lugar de deleites,
complacencia de mis sentidos.

Es tu respirar de menta,
frescura de madrugada
que percibo en mi cuello,
en mi pulso de garganta.

Sepan amigos míos:
que reposo en un lecho de ciprés,
todo denso es este olor del amor.
Embelesado estoy en sus humos de incienso
que me aturden las reglas
y me ordenan sin ordenar.

Mi amor es mi ocupación.
Me sale al encuentro, lo procuro.
Su esencia de hojas de naranja
cubre mi desnudez,
mi cuerpo desabrigado al anochecer,
me lo arropa en romero,
me tapa para que no sufra el frío,
la helada que la noche trae,
que es ocasión para amarme más.

Flor de café en mayo son tus palabras,
café triturado tus consuelos,
pasteles horneados tus encantos
que me apetecen y deseo.

A fragancia de rosas y a amanecer
huelen tus manos,
la fuente de mis suspiros.

Eres mi amor el calor de medio día,
el alboroto de la ruda,
el escándalo de las cebollas.
Porque desfallezco ante ti,
¡qué débil soy frente a ti!
Ante la ausencia de tu ausencia.

Tiemblo como árbol azotado por el viento.
Tendido en tus brazos revivo de nuevo,
en tus flores blancas de limón,
de limón recién florecido.

Yo ya no quiero otro aroma
que tu eterno respirar,
tus soplos de amor
que el alma suspira.