ANGELA
En el alba dorada, entre risas del viento,
donde los sueños bailan y el sol da su aliento,
vive Ángela, alma alegre, de mirada traviesa,
entrenadora del cuerpo, con ternura y destreza.
En el gimnasio forja con sudor y con risa,
cada músculo y fibra, cada anhelo sin prisa.
Su voz, firme y dulce, guía con gran alegría,
transformando el esfuerzo en una melodía.
Pero no solo en la urbe su corazón se extiende,
pues en la verde granja su amor también comprende.
Allí, entre bestias y aves, su espíritu se halla,
cuidando con ternura, todo lo que toca acalla.
Caballos y ovejas, cerdos y gallinas,
todos conocen su toque, sus caricias divinas.
Con cada latido, con cada suave gesto,
ella teje la vida en un perpetuo manifiesto.
Ángela, faro de luz en la doble jornada,
entrenando los cuerpos, curando el alma amada.
En sus manos, la fuerza; en su pecho, la calma,
un universo entero resplandece en su alma.
Y al final del día, cuando el sol se retira,
Ángela contempla el cielo, su sonrisa suspira.
Sabe que en cada acto, en cada pequeña acción,
ella deja un legado, un eco en el corazón.
Así es Ángela, entre sudor y pasto,
una oda a la vida, un poema entusiasta.
Entrenadora del cuerpo, cuidadora de vidas,
en su ser confluyen las más puras semillas.
Comentarios & Opiniones
Caballero, un gusto la lectura de vuestras estrofas melodiosas.
Reciba cordiales saludos.