A dónde van las palabras?

¿A dónde van las palabras cuando mueren?,
¿cuando infructuosamente las buscas recorriendo laberintos sin salidas,
que ofuscan y deterioran los sentidos al comprobar,que tu búsqueda,
siempre concluye en un cuarto obscuro, desierto y famélico?
A dónde van las palabras que no se han dicho?,
aquellas que nunca otearon la luz del mundo,
que esperaron mustias ser leídas y ninguna mano fue capaz de escribirlas?
Cómo duele sentir que están tan cerca, pero faltan fuerzas para desenterrarlas!,
para hacerles crecer alas y que puedan escapar de las tinieblas en las que están inmersas.
Palabras que suspiran somnolientas, a la espera de que, un buscador de tesoros las descubra
entre las ruinas de una mente rendida por el agobio.
Palabras que eternamente aguardan, sufrientes como crisálidas,
esperando la metamorfosis
que luego las lleve a ser bellas mariposas, atiborrada de colores …
Dónde está el poeta que sea avezado en el arte de exhumar palabras?,
que les ponga brillo, vida y sonido?, que las oriente para emerger y situarse en la cima de un exuberante árbol,
y que, al igual que un jilguero, expanda su canto armónico y melodioso llenando de notas el entorno.?
...
Pero siguen allí, cautivas y besadas por los labios del lamento, no muertas sino dormidas y, sumisas en su sencillez,esperando que una musa valiente las eche a volar con el viento, para que puedan rozar el rostro e, introducirse en el alma sensible de quien las hojee.