Perdón amada mia

No uses tus manos como si, lentamente,
fueras a alejarte para siempre.
Por favor, tus caricias me duelen tanto,
me hacen sentir que es la última vez
que voy a saber de ellas.
Tus brazos me envuelven con pasajero cariño,
cuales alas de ángel que van a tomar un vuelo,
del cual nunca habrá regreso.
Y tu voz, suave como la miel, susurra a mis
oídos con tanto amor,
el suficiente como para seguirla escuchando
incluso cuando se apague.

¿Por qué me duele tanto?
¿Por Dios...por qué me duele tanto?
Puja en mi pecho por salir una profunda angustia de muerte.
Caen pesadas lágrimas de mis ojos que
hacen temblar todo mi débil cuerpo.
Llora mi profundo amor por vos cada vez que escucho tus pensamientos.

Por favor, no quiero despedirte y tengas que marcharte,
ni pronunciar un adiós eterno frente a tu tumba.
Y no concibo una vida sin vos a mi lado;
sin tu presencia, no creo poder seguir avanzando.

Le pido fuerzas a cualquier dios o arcángel,
le pido fuerzas a la naturaleza,
le pido fuerzas al universo,
le pido fuerzas a mi alma para no cansarme y
me tienda una mano por si me ahogo.
Perdón, amada mía,
hoy realmente siento que no puedo con todo.