BUENOS CIUDADANOS

poema de Ofly

El sol viene sonriente
cabalgando el horizonte
y las nubes se apartan
como cascadas de agua.
El canto de la alborada
da un abrazo a la luna,
que se siente bien cansada
por una noche de bruma.
El pueblo espera ansioso
el bus de la capital
donde trae buenas nuevas
a este apartado marginal.
Una bella Paraulata
recien graduada, no más...
Con sueños de mil colores
y retos por alcanzar.
El director del precinto
un sabio y viejo Gabán
espera el bus tempranito
junto al Loro Real,
presidente municipal
de aquella estampa llanera
donde una rana y un sapo
trabajan en la pradera.
Una orquesta de pericos,
chusmitas y corocoras
afinan sus buenos picos
para ofrecer la cantora.
Mientras tanto, a lo lejos
la Iguana, el Alcaraban,
Chiricocas, Guacharracas,
tantos y tantos más...
Se aproximan a la escuela
a iniciar escolaridad,
un año de buenaventura
para ese pobre lugar.
El Perro viene contento,
el Burro un poco atrás
hasta la Lapa y Caimán
su morral traen a reventar
jugueteando entre los dos
con la linda Zarigueya
quién se ríe de la gracia
junto a su amiga la Abeja.
Un mamey viene chupando
el Monito con gracia plena
y no quiso dar un poco
a la Marranita ni a la Comadreja.
El Tigre se puso bravo
el León aún peor,
porque el egoísmo
es un mal humano
y en este pueblo, no lo son.
Carraos y Osos Palmeros
también van a estudiar
en un salón pequeñito
donde tres grupos han de estar.
Se enseña con habilidad
y una gran destreza académica
haciendo de esta escuelita
una escuela verdadera,
donde todos participan
sin hacer menos a los demás
y entre todos se ayudan
como buena vecindad.
Las madres de las cercanías
un festejo se armaran
sumando entre todos ellas
un agasajo familiar:
arepita y mantequilla,
cafecito de arriero
y un guarapito de limón
pa acomodar el temperamento.
Unas gallinas pirocas
sumaron unos huevitos
y el Curito del río dio,
aguita para escaldarlos.
La Mapanare se cambió
su traje de fina estancia
y el Manatí se vistió
con corbata y alpargatas.
El Búho algo confundido
esperaba a su compinche
un Zamuro de ala ancha
que le silba por el camino.
El Elefante gigante
al lado de la Jirafa
un Hipopótamo gordo
y una Ballena en tinaja.
Todos iban a la escuela
a gozar de sus hazañas
con compinches y amigos
de aquel lugar de añoranzas.
Una maestra gentil
de coletas coloradas
sería una bendición
ante un conocimiento
que se extraña.
¡El bus pronto apremia,
los niños están llegando!
y se sacuden las plumas
otros acicalan sus pelajes.
Al arrivar el momento
las puertas se abren del bus
y una maleta de moda
la baja el joven Chiriguare
conductor de aquella carroza
ya por unos par de años
viene y va hacía la capital
por largos, largos ratos.
Cocotuas, Morrocoy,
Pavo real y hasta un Ñenguere
bajan de aquel autobus...
¡Será qué la seño no viene!
Cuando el viejo Gabán
pensaba que no vendría
se asomaron dos tenis
con calcetas de rayitas.
Un pantalocito de jeans
remangado a los tobillos
y la blusita atada
a la cintura con un lacito.
¡Ay Dios, no va a durar!
Pensó el presidente municipal
no mas que llegue el verano
y el calor la va a espantar...
Al Gabán no le quedo de otra
sino extenderle su ala
y darle la bienvenida
a está maestra tan esperada.
Ella se quiso lucir
con palabras respingadas
y demostrar su interés
también sus letras tan sabías.
Todos los allí presentes
rebasaron de algarabía
y entre aplausos alegres
la orquesta toco ese dia.
Los niños la recibieron
cantando versos y rimas
y aunque seca sus gargantas
-luego de aquella travesia-
cuidaron bien de la letra
y qué el gallito, no surja
porque sería una pesadilla.
Asi, llegó el verano
y todas las estaciones,
la profe se acomodó
en un cuartito de granos.
No le importó el lugar,
la pobreza o la calor
solo repasó sus metas
y hacer de cada niño,
un ciudadano de honor.
Pasaron un par de años
y la maestra, ¡al pie del cañon..!
Se despejaron los sustos
de aquella vez que llegó.
Se veían los remiendos
de aquel jeans encantador,
ya la blusa no traía
aquél lacito enternecedor.
Toda ella ha cambiado,
¿tal vez para mejor?
Una joven paraulata
tan finita como un arroz.
Y una noticia lejana
le llegaba al salón.
Ofrecían un gran puesto
allá, en la gran nación
con salones para cada grado
y compañeros con quien hablar,
muchos cuadernos y lápices
y a saber, qué tanto más...
El Gabán se preocupó,
el presidente también,
pero entendían el caso
-alguna alma enviaran
a impartir clases y talleres
como está maestra ejemplar.-
Aunque nunca olvidaremos
a está moza sin igual.
Ella, bella Paraulata
se tenía que devolver
y dejar a sus alumnos
que ya sabían escribir y leer.
Se dijo, sin arrepentimiento
¡aquí yo me quedaré!
Porque aprendí del verano
y del invierno también...
Todos estaban contentos
de aquel bello proceder
y hasta el Arrendajo
la quiso sorprender
exclamó unas palabras
del fondo del corazón:
-Si usted se casa conmigo
juntos felices los dos;
yo le pondré su casita,
con jardines de verduras
y en la noche las estrellas
las contaremos una a una.
Todos hicieron silencio
ante aquella declaración
y la Paraulata bella...
¡Sí! Dijo a todo pulmón.
Encontrando lo más valioso
en aquella inhóspita región
donde la pobreza abunda
pero no alojada en el corazon...

"Sus niños, su vocación
y porque no, el amor."
Fueron parte del tesoro
que un pirata escondió.

El pueblo siguió feliz
sus habitantes luchando
y al cabo de unos años
allí también estudiaron
los hijos de aquel amor
y unos muchos, muchos tantos
crecieron a la par de la primavera,
verano, otoño e invierno. ..

La escuela fue de a poquito
creciendo como un ambulatorio,
se creo un parquecito
con columpios giratorios
y hasta una placita bonita
en el medio de aquel apartado
con florecitas de octubre,
noviembre, diciembre y mayo.

Regalo de sus ex alumnos
que en un tiempo pasado,
estudiaron en la escuelita
y se formaron como todos unos,
buenos ciudadanos.

Autora Oneida Pérez "Ofly"
Blog. _ Lacitos de Azúcar Poemas de Miel
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Comentarios & Opiniones

ÁNGEL MENDUIÑA IRIBARREN

Muy bonitos versos. Describen cosas y situaciones que recuerdan las míticas películas costumbristas del cine. Un abrazo.

Critica: