Melancolía mía.

Imagino que te vuelvo a ver, detrás de mi poesía egoísta
no dejándote ir…quiero escribirte mil cartas continuas a mano,
pensando en aquella sonrisa que me ilumino aquel día,
quisiera…tenerte a mi lado, dibujando cada lunar de tu cuerpo.
Cuando te veo, imagino cada instante único y asombroso
que pudimos haber pasado con pocas palabras al día,
y tu escribiéndome en el instante
sin pensar, tal vez, quisiera que volvieras.
Pero debo admitir que me alegra que te hayas ido,
que tu sonrisa me haya dejado atrás
y tu melena esponjosa y suave dejara de estar en mis hombros.
Que cada ilusión de tus palabras fueran tan fugaces como los momentos,
que a pesar de todo, solo me querías un rato y al otro no
deseaba constantemente que fueras la chica de mis días, semanas, años.
pero tu solamente caminabas, derecho como si nadie te observara,
como si no pudieras escuchar, y que todos te miraran…
Mientras yo sintiéndome agotada, y egoísta de que te miraran y tu
les respondieras con tal empatía como si yo no existiera,
como si cada momento no hubiese sido nada
como si cada vez que mis manos recorrían tu piel
me negaras el derecho de tocar tu corazón,
mientras dices que me quieres
mi mente se confunde y no sabe si dejarte ir.
Ya hoy no me escribes y paso por las calles de tu casa
mirando la ventana con una pequeña esperanza de que me mires
y tal vez, me extrañes un poco.
Sigo escribiendo, porque mis sentimientos están hundidos,
en el fondo sin saber qué hacer y solo escrito en poesía
que tal vez no guste, realmente no me interesa,
porque cuando la poesía trata de ti
me parece que todo sale hermosamente melancólico,
sin pensarlo o dudarlo.