Yemas de Agua

Te siento,
Te siento cómo cuando tocas
con las yemas el agua,
como un espejo,
Tan cerca,
Tan lejos.
Enarqueas las cejas con un rictus,
De inquietud,
Sorpresa.
Cómo cuando tiras un vaso al suelo,
Y éste se rompe en mil pedazos
Y la imagen se queda congelada
En los mil trozos.
Otra vez,
Otra vez,
Aquí.
Tu mirada me alcanza los labios,
Tu mirada me pide permiso,
Me congelo, te miro los labios,
Mi corazón late alocado,
¿Qué puedo decir?

La sensación de chocar contra tus labios,
Me hace sentir como la colisión de dos mundos,
Un misil explotando alrededor,
Te olvido,
Me olvidas,
Y sobra tiempo.

Las lágrimas, la impotencia, la rabia,
Y lloro,
Me destrozo el pecho.

Vienes,
Me acaricias,
Y
Calmas la inundación,
Recoges en un cubo,
Mi esencia,
A huecas y acomodas mi corazón,
Con tus manos,
Y él sonríe.

Tiempo,
Tiempo,
Y vuelve,
Vuelven las ganas
De tirarte por la ventana.

¿ Qué quieres de ti?

A veces la silueta,
De las costillas marcadas en tu piel,
La silueta de la redondez de tu culo,
Me quema la entrepierna.
Observarte, en ocasiones, es mi hobbie preferido,
La calidez de un abrazo,
La respiración en mi cuello,
El latido de tu corazón,
Tu risa,
Y porque no,
Tu lengua,
Tan experta en algunas cosas,
Y tan inexperta en otras.

En las escapadas de mi mente,
Absorta de alcohol,
Me pregunto
¿Qué buscamos?

Te quiero,
Quizás más de lo debido,
De lo que mi razón prefiriese,
Pero, quiero disfrutarte,
Antes de que el futuro
Nos robe
La sensatez de saber
Lo que es la colisión de
Dos mundos diferentes.