La Piel Quemada

¡Ven! Impregna tu extraña piel con la mía,
enciéndeme y enrédame con tu engañoso tacto,
sedúceme a cometer el ajeno y desconocido acto
de ceder ante ti, y unirnos en esta misteriosa anomalía.

Ser venido desde las sombras perpetuas,
Yo que estoy perdido en el umbral de mis pensamientos,
te acepto como la nueva satisfacción de mis sentimientos,
serás las luces de mi camino y crearemos emociones mutuas.

En el descenso de los sentimientos y de la soledad,
encuentro un negro vació que no sanará,
despedido por un futuro inherente que nunca será,
me preparo al ascenso contigo, hacia la inmortalidad.

Ahora mi vieja piel está unida a la tuya,
lo que era mi color ya no es lo mismo, se ha mezclado,
mi esencia y mi ser están a ti encadenados,
pero tranquila, contigo estoy bien, no hay motivos de que huya.

Despierto y realizo que estoy solo, sin mi nueva amada,
intento revivir aquella historia de la que no quería despertar
y devolviéndome al regazo de la inconformidad,
me miro al espejo y veo que, has dejado en mí, tu piel quemada.