R E T O R N O

Años decadentes que se acercan
hacia un viejo corazón que se alimenta
de pasados con augurio que proyectan
un final entre ríos y tormentas
del que no puedo salir y por más que grito
mis ojos no despiertan.

Ni tan feliz ni tan triste
pero este cuerpo y su dolor que insisten
en ser un Dios, en ser un ente,
en ser una masa que no existe
que me dicen detente
porque ya poco resiste.

Este cuerpo sin calor
ausente de abrazos, de caricias
con la mínima sensación de amor
de cicatrices y avaricias
que me han llorado sin fervor.

Pero mi amor, conserva mi alma
guárdala en un cajón o debajo de tu almohada
donde menos tema y más tenga calma
pero no la arrojes al vacío
porque ya vengo de ahí
y sé que de ahí nadie se salva.

Y Dios padre no me perdones
porque a pesar de que no te creo nada
escucho llantos y clamores
que me susurran tristezas encarnadas
como tu hijo al gritar “señor, no me abandones”
y sus labios al gritar que ya no me ama.

Estos años se terminan
y no puedo describir esta emoción
que tan cerca me respira
casi pegada a mi corazón
que aunque siento que me asfixia
sé que puedo gritar un adiós
y huir con una gran sonrisa.

Comentarios & Opiniones

Xio

Julio cuánta belleza poética, un placer la visita, me ha encantado, saludos cordiales buenas noches.

Critica: