Dar vida un hijo ¡es el infinito!

El ser madre es ternura
que no se puede describir,
es algo espiritual
un signo de libertad.

Es la felicidad mayor
que una mujer puede sentir,
no lo puedes descifrar y expresar
y se interrumpe la magia,
con las obligaciones a abordar.

Tú no eres nadie ya, mujer,
cuando empiezan a crecer
esas/os niñas/os se transforman,
los interrumpe su sinceridad
con todos los pensamientos
que le empiezan a formar intranquilidad.

El padre tiene una rutina,
la madre va quedando atrás.
Otras mentalidades destructivas
no saben colaborar.
Trastornan sus pensamientos,
su madre quedó desvalida,
todo el amor a su madre
pronto se empieza a fulminar,
ella los observa
y ellos no comprenden su bondad.