Tlucia poniendo un huevo.
Espléndicionales de un autentiquifio inaudito,
le dan al corazón un revuelco a la sombra,
en los mistrales íntimos que no ceden
a la convergencia de convenir.
Manjar, elixir exquisito, espléndicos y lúbricos,
oscuros de miseria, lívidos de una espléndosidad
capaz de describir un universo.
Retorica de la buena, de los teatros baldíos
de sombras que se desnudan tras el telón,
de lo dicho para fuera que teme agrietar lo interno:
lo callado por sabido, lo reconocido al albur de una mirada.
Nutrición del alma circense, el regodeo esplendoroso
de una actividad la nuestra que se demuestra
en el corazón de los peces, artistas que a ojos vista
se hacen mar, como ostras avariciosas que guardan la perla,
no por la belleza sino por el fluir intimo que convirtió
un grano en algo distinto, para decorar tal vez una oreja,
un cuello que ni si quiera da valor a lo que muestra;
una cabeza vacía notablemente ilustrada.
Sí, superior, la mejor de sus obras...sin duda esta noche
se ha superado a si mismo, nos ha superado a todos,
no crees?...Estupendicio y marajocoso, todo un éxito.
Para Eusebio crítico y para su amigo fiel Pellejo,
su perro, es una noche grandiosa...
el estreno de Tlucia poniendo un huevo...
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