LANCES DE LUNA Y GRANA

Luna, luna, no vistas de plata
el carmesí de la dama.
Luna, luna, apaga las farolas
y deja que compitan contigo
sus lucernas de grana.

Luna, luna, date prisa,
que ya canta la zumaya,
que ya suenan los clarines,
los clarines en la plaza;
para lidiar ese toro,
antes de que llegue el alba.

Luna, luna, no vistas de plata
el carmesí de la dama.
Quitate ya la mantilla,
y dásela, que lo lance de capa,
que ese toro embiste noble,
a las citas en la plaza.

El ruedo se hace de luna,
y su carmesí de plata.
El noble toro embistiendo,
viene y va al compás que se le manda.

Helos ahí, toro y dama,
enlazados en faenas
entre capotes de luna
que a sus compases cantan.

Al primer lance, escapó un ay!,
de emoción en las gargantas,
al embestir el fiero toro
Con sus perfiles de plata.

La negrura de la noche ,
quiso vestir de alba,
el carmesí de una rosa,
que temblaba, allá en la plaza.

Siguen citas y embestidas,
quites por chicuelinas,
y desplantes en la cara.
El toro viene y va,
y la dama no se cansa
de lancear con la capa
en ruedo de blanca luna
de espectadores que callan.

El gallo con sus clarines,
viene anunciando el alba.
La luna que ya se oculta
da orden a la zumaya,
de devolver ese toro,
a los toriles del sueño,
antes de que los soles salgan.

Ya se oye el clarín
de otros gallos que cantan.
La orden es terminante:
-Echad fuera de la plaza,
ese toro de pasiones,
que lidia sin querer matar,
dama de grana y de plata.

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